Grupo Indigena "Motozintlecos"
Del nombre
Los miembros de este pueblo se llaman a sí mismos mochós o motozintlecos, como también los denominan regionalmente los lingüistas, aunque a los nativos de la ciudad de Motozintla de Mendoza, en el estado de Chiapas, también se les conoce con el nombre de motozintlecos. Por lo tanto, se les da la denominación de mochó a los hablantes de esa lengua indígena de la familia mayense. El vocablo mochó significa "no hay", y se dice que al llegar los españoles a esta región preguntaban a los antiguos habitantes por el nombre del lugar y lo único que éstos respondían era mochó, mochó.
Localización
Los mochós se asientan actualmente en los barrios aledaños a la cabecera municipal de Motozintla de Mendoza, en la Sierra Madre de Chiapas. El municipio de Motozintla se ubica al suroeste del estado, a una altitud de 1 300 msnm; limita al este con Guatemala y su extensión territorial es de 782 km2: el 1.05% del territorio estatal y el 0.04% del nacional. Algunos de los hablantes de mochó que habitan en otras comunidades se localizan en Belisario Domínguez y Tuzantán; estos últimos son considerados como hablantes de tuzanteco, que para los especialistas es una variante dialectal del mochó. En la actualidad, los mochó son un grupo urbano que se asienta en los barrios periféricos de Motozintla de Mendoza: el barrio de Campana, Canoas, Chelajú Grande, Chelajú Chico, Guadalupe y San Lucas.


Lengua
La lengua mochó o motozintleco, se clasifica dentro del tronco lingüístico maya.
La mayoría de los especialistas en lenguas mayenses consideran que el motozintleco es una lengua derivada del tronco kanjobalano. Al establecer una subdivisión de la familia de lenguas mayas, estos especialistas presentan al motozintleco como una lengua proveniente del jacalteco y asociado al ixil y al aguacateco.
En la región donde habitan los mochós, también se encuentra el grupo mam y el cakchiquel. Las lenguas mam y cakchiquel pertenecen al tronco lingüístico maya y la primera es la lengua predominante en esta región
Mujeres Hombres


Fiestas
La celebración más significativa de los mochós es la del 4 de octubre, día de San Francisco, santo patrón del pueblo; también se festejan el día de la Santa Cruz, Día de Muertos, Navidad y Año Nuevo.
La conmemoración del santo patrono dura tres días, pero los preparativos llevan mucho más tiempo. Las personas que intervienen en los preparativos de la fiesta poseen cargos específicos, algunos de carácter vitalicio, pues la única posibilidad de delegarlos es por "sentirse demasiado viejo".
La participación de la mujer en la celebración es significativa, pues su colaboración se hace presente e indispensable. Las mujeres se reúnen diez días antes de que comience la fiesta para preparar "los sabores" del puzunque (una mezcla de harina de trigo, jengibre, anís, pimienta, chile, cacao y pericón), bebida tradicional de carácter ceremonial y ritual, que es tomada durante la fiesta; el puzunque se ofrece también a San Francisco.
Las velas y el copal juegan un papel importante en todos los ritos de esta festividad, pues son considerados alimentos de los dioses y medio de purificación de los hombres. La celebración de la fiesta, los preparativos, las ofrendas, los ritos y los parlamentos pronunciados en lengua mochó por el "presentante", ofrecen el contexto donde el grupo recrea su cultura.
Mitos y Leyendas
Entre las leyendas e historias que contaban los ancianos de la etnia mochó o motozintleco está la que decía que hubo una vez en que una plaga de murciélagos obligó a los pobladores de San Jerónimo, hoy Belisario Domínguez, a huir en diferentes direcciones. Contaban que aquella plaga les molestaba mucho y les mordía las orejitas, unos huyeron hacia el cerro de La Campana, en los márgenes de la actual comunidad de Motozintla de Mendoza, cuando este lugar era un desierto, y la otros tomaron rumbo a lo que actualmente es el municipio de Tuzantán.
Más tarde llegaron los conquistadores españoles a estos territorios donde se habían asentado, para entonces ya tenían su milpa sembrada y su ganado pactando libremente en el sitio, fue cuando se presentaron tres días con sus tres noches seguidas lloviendo sin parar. Cuando escampó, dos indígenas mochó decidieron ir en busca de su ganado que estaba al otro lado del río, pero al hacerlo comprobaron que el caudal de éste había crecido demasiado y acordaron esperar a que el nivel del agua menguara. Durante la larga espera vieron bajar por entre la corriente tres bultos que parecían tres canoas y pensaron que quizás con aquellas embarcaciones podrían cruzar el río hasta el otro lado. Se pusieron de acuerdo y mano a la obra, cuando el primero de los bultos flotantes pasó frente a ellos trataron de hacerse con él valiéndose de sus pieles, pero no lo consiguieron; después lo intentaron con el segundo y tampoco surtió efecto la idea, pero al tercero la suerte les cambió, este sí consiguieron atraerlo hasta ellos. La sorpresa fue cuando al sacarlo del agua comprobaron que no se trataba de una canoa, como creían, si no de la imagen de una persona tallada en madera.

Existe un pequeño sitio arqueológico por el camino que lleva a Chimalapa, donde se encuentra un montículo principal de unos tres metros de altura, un testimonio que da cuenta de los asentamientos humanos prehispánicos que llegaban hasta las faldas del cerro de La Campana, el lugar donde llegaron huyendo de la plaga de murciélagos que contaban los ancianos mochós. En esta zona arqueológica se han encontrado piezas del periodo Clásico Tardío, entre los años 600 y 900 d.C., entre las que destacan figuras de murciélagos.
Vivienda
Antiguamente, los mochós construían sus viviendas con paredes de tejamanil (madera de pino) y el techo lo fabricaban con este material o con hojas de palma. En la actualidad, la vivienda se construye con paredes de adobe, techos de lámina de zinc y piso de cemento. Cada casa cuenta generalmente con dos cuartos.

Organización social
Anteriormente, los mochós tenían autoridades tradicionales, que eran quienes se comunicaban con los antiguos, que guiaban el destino de la comunidad a través de esos hombres que poseían dones especiales.
Entre los cargos importantes de la organización social, se encuentra lo que en lengua indígena se denomina qamam, que en español significa defensor, y los t'aso:m (brujos).
En la actualidad, se puede constatar un desplazamiento de los cargos atribuidos a ciertos personajes: los consejeros (q'ocoman), cuyo papel tradicional era el de enseñar con autoridad, son considerados actualmente como "consejeros particulares", cuya función no es imponer, sino sugerir conductas.
Socialmente, un hombre se considera adulto y miembro útil a la comunidad cuando demuestra que sabe cultivar la milpa y que puede mantener una familia. Por su parte, la mujer que cumple con sus obligaciones es aquella que ayuda a su marido a cultivar y sabe cómo hacer las tortillas y los tamales, sólo así es considerada como una buena esposa. Como parte de su integración a la vida nacional, han tenido que organizarse como indígenas en un consejo supremo, como ejidatarios y comuneros en un comisariado ejidal, y un consejo de bienes comunales; como productores sujetos de crédito se les solicita la formación de una organización o de cooperativas, sociedades de producción rural, etcétera.
Infraestructura
La principal vía de comunicación es la carretera pavimentada que enlaza a Huixtla, Motozintla y Comitán. De la cabecera municipal parten caminos de terracería que enlazan a los municipios de El Porvenir, Siltepec, La Grandeza, Bejucal de Ocampo y Bella Vista, habitados en su mayoría por población indígena mam.
Motozintla cuenta con servicio de correo, telégrafo y red telefónica.
Respecto a la educación, se cuenta con instalaciones escolares de educación preescolar, primaria, secundaria, preparatoria, o su equivalente en bachillerato, a cargo de la Secretaría de Educación Pública. Por otra parte, en la Casa de la Cultura se imparten clases de lengua mochó a todo aquel que desee aprender la lengua indígena utilizada por sus antepasados.
Salud
La aceptación de los servicios de salud depende de la enfermedad, ya que entre los mochós se distinguen sólo dos tipos: las que necesitan de medicina alópata y las que pueden curarse por medio de un qamam (sacerdote o curandero), quien "pulsea" al enfermo con la finalidad de "medir" su energía vital. El mal de ojo y las enfermedades derivadas de la envidia sólo podrían ser curadas por los médicos tradicionales.

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